Durante el crecimiento, su organismo está en pleno funcionamiento y nosotros se lo facilitaremos con unas buenas rutinas, horarios…etc. Éstas serán sus primeras coordenadas para comprender el día de mañana los límites y las normas propias de una sociedad civilizada.
Estas rutinas deben estar acompañadas desde el primer momento de mucho cariño, para que empiecen a comprender que exigencia y cariño pueden ir de la mano.
Poco a poco les iremos animando a que las realicen solos y vean que son capaces de hacer cosas por sí mismos. Así iremos desarrollando su autoconocimiento y autoestima.
Tenemos que tener en la cabeza que educarlos es enseñarles a ser dueños de sí mismos.
¿Cómo podemos trasladar todo esto a la enseñanza de la higiene bucal?
En primer lugar la OMS nos recuerda que “La ingesta abundante y continua de azúcares libres, la exposición insuficiente al flúor y la deficiente eliminación de la placa bacteriana con el cepillado de los dientes pueden provocar caries, dolor y, en ocasiones, pérdida de dientes e infección”.
Como padres debéis saber que:
- Para niños entre 0 y 3 años hay que limpiar los dientes utilizando una gasa, un dedal de silicona o un cepillo dental de lactantes con pasta dental de 1000 ppm (partes por millón) de ión flúor, en cantidad equivalente a un grano de arroz o una pequeña mancha.
- A partir de los 3 años de edad, la cantidad de pasta dental con 1000 ppm de ión flúor, debe ser equivalente a un guisante o, para unificar mejor el criterio, a la anchura del cabezal del cepillo dental.
- A partir de los 6 años de edad, la cantidad de pasta dental con 1450 ppm de ión flúor, debe ser equivalente a un guisante o, para unificar mejor el criterio, a la anchura del cabezal del cepillo dental.
- El cepillado dental en niños de estas edades (hasta los 8 años de edad) solo es efectivo siempre y cuando sea supervisado por un adulto, y repasado si fuera necesario en su caso, por su edad y habilidad motora.
Algunas recomendaciones:
- Comenzar el cepillado tan pronto como el primer diente temporal aparezca.
- Cepillar los dientes, como mínimo, dos veces al día. Uno de los dos cepillados diarios que sea por la noche pues es el más importante de todos.
- No se les debe permitir que coman o chupen pasta del tubo por riesgo de fluorosis.
No en todos los centros escolares se permite el cepillado de dientes después del momento de la comida por motivos de higiene o por falta de personal para que la actividad sea segura y adecuada. Por ende, debemos asegurarnos que el cepillado de la mañana y de la noche es el apropiado.
La primera vez que el niño se enfrenta al cepillado de dientes, le haremos partícipe desde el primer momento, es decir, sería una magnífica idea que os acompañara a comprar el cepillo de dientes y la pasta indicada. Las primeras veces podemos animarlos que los acompañe su juguete preferido o su peluche para que juegue a cepillárselos a él también.
Por lo general, las primeras veces les genera interés y lo que más les cuesta es que mantengan la rutina.