Autoría: Lucia Jorquera


16 de febrero de 2025

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Hoy en día, con la escolarización temprana de los niños, y nuestros horarios laborales, la gran mayoría de nosotros no comemos en casa. Los comedores escolares se han convertido en nuestros grandes aliados para conciliar vida laboral y familiar. Eso nos lleva a que se esté  perdiendo algo que antes era mucho más habitual: comer en familia.

Beneficios emocionales y educativos de comer juntos

Desayunar, comer o cenar todos juntos, supone un momento de unión (a veces también de discusiones), de poder compartir información, de organización del día con todas las tareas y eventos familiares que tengamos a la vista, etc.

Pero más allá de eso, comer o cenar  en familia es un eficaz medio para el diálogo, la conversación familiar y la educación de nuestros hijos.

Respetar ese momento, compartir  toda la familia un tiempo  y que ellos sean partícipes aunque sean pequeños conlleva más aspectos positivos que el hecho de no hacerlo. 

Muchos estudios llegan a la conclusión de que en  las familias que comen o cenan juntos la relación es mucho mejor, aumenta la calidad del estudio entre adolescentes, y disminuye el riesgo de consumir drogas, alcohol y el uso sin control de pantallas.

Para ello, lógicamente seremos los adultos los que nos adaptemos al principio a los horarios infantiles. Cenar pronto  para que los más peques puedan sentarse alrededor de la mesa y contarnos lo que hemos hecho durante el día es algo que ellos irán interiorizando como una rutina más de su vida. 

Fomentar ese diálogo, la buena relación entre unos y otros, que ellos se sientan protagonistas y parte importante del núcleo familiar son varios de los aspectos positivos de poder sentarnos todos juntos alrededor de la mesa.

Será un momento en el que ellos también tendrán su tiempo para contar y compartir sus historias, tan importantes para ellos. Qué tal ha ido nuestro día, y el suyo en el colegio. animarles a contarnos sus problemas, haciéndoles partícipes también de lo que hemos hecho mamá o papá a lo largo del día. Si nos acostumbramos y les acostumbramos a ello desde pequeños, será mucho más fácil que según vayan creciendo nos sigan contando sus vivencias, problemas, preocupaciones, etc

Normas y hábitos para crear un ambiente familiar saludable

Pero este momento también será un tiempo para introducir normas familiares (que en cada casa serán distintos):

  • No introducir dispositivos en las comidas. Esto, lógicamente será válido para mayores y pequeños. No podremos decirles que no pueden cenar con el móvil si nosotros estamos con él en la mesa.
  • No comer con la televisión encendida.
  • Respetar los tiempos de conversación. Esto suele resultar un problema con niños pequeños.
  • No levantarnos de la mesa hasta que  hayamos terminado todos. Cuando hay varios hermanos es muy típico que si uno ha terminado se quiera ir, lo que conllevará a que otros quieran hacerlo, hayan terminado o no de cenar. 
  • Ayudar a poner la mesa o retirar los platos al finalizar, colaborar en la recogida, etc. Esas pequeñas tareas del hogar en las que ellos pueden ser partícipes.
  • Potenciar también la higiene personal: nos lavamos las manos antes de sentarnos a la mesa, o los dientes cuando terminemos.

Esta magia de sentarse alrededor de una mesa, que con la vorágine de nuestro día a día se está perdiendo, es una forma maravillosa de unir lazos, de hacer planes familiares, de contar y revelar nuestras inquietudes, ilusiones y quizás algún secreto. Tiempo mágico para introducir valores y crear lazos familiares que les ayudarán cuando sean mayores. Esos momentos que recordarán y les acompañarán el resto de su vida.

Lucía Jorquera. Colegio Nclic

Autoría: Claudia Creixems Chas


17 de abril de 2024

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La comida usualmente nos produce relajamiento y satisfacción, así como también cumple una de las necesidades básicas del hombre. Es por ello que, al comer todos juntos, es más fácil que se obtenga un tiempo de calidad. Al tener ese momento concreto al día en el cual toda la familia está reunida, nos proporciona un espacio de recogimiento y dedicación en el cual todos los integrantes pueden participar y escucharse unos a otros. 

Comer en familia, a su vez, enseña a los niños a: 

  • Mantener una conversación y les suministra la mayor parte de su vocabulario. 
  • Asimilar la historia y los valores de la familia y aplicar esos valores a su vida cotidiana y a los problemas y oportunidades que encontrarán más adelante.
  • Convertir esos valores en virtudes alrededor del acontecimiento en concreto: 
    • Pedir por favor. 
    • Agradecer. 
    • Colaborar en las tareas domésticas 
    • Esperar el turno para hablar.
    • Ayudar en la preparación de platos sencillos (por ejemplo, ensaladas), poner la mesa, recoger los platos, fregar o sacar la basura.
    • Estar atento a las necesidades de los demás
    • Levantar el ánimo con una anécdota divertida, generosidad para dejar a otro la mejor porción de postre. 
  • Aprender y practicar las buenas formas en la mesa. Una comida que reúne a la familia entera –y que no es saboteada por la televisión o el teléfono– es el entorno ideal para aprender a comportarse. Desde pequeños, verán el ejemplo de sus padres y adquirirán buenas maneras. Comer juntos no es todo cuando se trata de intimidad familiar y del bienestar de los pequeños; pero sin duda es una parte y, como Weinstein sugiere, la parte más factible.

Muchas veces a los niños les cuesta hablar de su día a día, pero no tenemos que limitarnos a eso para poder tener una conversación con ellos.

A continuación, os dejamos una serie de preguntas divertidas que os ayudarán a pasar un buen rato con vuestros hijos y a conocerlos mejor: 

  • Si tus juguetes pudiesen hablar, ¿Qué crees que dirían?
  • Si del cielo lloviera comida, ¿Qué tipo de comida te gustaría?
  • Si nuestra familia viviese en un zoológico, ¿Qué animal sería cada uno?
  • ¿Qué es lo mejor que te ha pasado en el cole?
  • Si te pudieras convertir un día en un animal, ¿Cuál serías y por qué?
  • Si pudieses convertirte en un personaje de tus cuentos, ¿Cuál de todos ellos te gustaría ser?
  • Si tuvieras un dragón como mascota, ¿Cómo lo llamarías?
  • Si pudieses abrir una tienda, ¿Qué venderías?
  • Si te encontraras una lámpara de un genio mágico, ¿Cuáles serían tus tres deseos?
  • ¿Qué es lo que más te hace reír en el mundo?
  • ¿Qué cosa nos prepararías para cenar hoy si pudieses?
  • Si estuvieras atrapado en una isla desierta, ¿Qué tres cosas te gustaría tener?
  • ¿Cuál es tu día favorito de la semana?
  • Si pudieras ser cualquier personaje de Disney, ¿Cuál serías?
  • ¿Cómo organizarías la mejor fiesta del mundo?
  • Si pudieras inventar un nuevo sabor de helado, ¿Cuál sería?
  • ¿Qué harías si te encogieran al tamaño de una hormiga?

La familia buscará ayudar a los más pequeños a moverse libremente por un universo de valores para que aprenda a conocer, querer, e inclinarse por todo aquello que sea noble, justo y valioso. Se encargará de educar moralmente porque son los valores los que enseñan al individuo a comprometerse como hombre, establecer una jerarquía entre las cosas, y llegar a la convicción de lo que de verdad importa.

Autora: Claudia Creixems. Colegio Maria Teresa