Pero atención, hay dos ideas importantes que debemos reflexionar antes de actuar:
- Tiempo al tiempo: todos los miembros de la familia van a necesitar tiempo para encontrar su lugar y adaptarse a las nuevas rutinas. Por tanto, tendremos una temporada de desajustes. Ríete de lo que aún “no funciona” y sigue caminando.
- Esponjas: todo lo que vivimos estando al lado de nuestros hijos, ellos lo absorben por tanto “actitud positiva”. Lo que a ti te parece bueno, a él le va a parecer bueno. Si crees en él, él también confiará en sí mismo y lo conseguirá.
Y, ahora sí, ¿Cómo podemos acompañar en esta etapa a nuestro hijo? Muy sencillo. Te anoto 4 consejos prácticos para vivir este momento y disfrutarlo:
- Dale responsabilidades relacionadas con el cuidado del bebé. (poner jabón en la esponja durante el baño, tirar pañal a la basura, tapar con mantita, cantar canción, poner chupete). ¡qué bien cuidas al hermano!
- Dedica algún momento o actividad a realizar exclusivamente con él y disfrutad de ese momento (leer cuentos, cocinar juntos, compartir su juego favorito). ¡me encanta estos ratitos contigo que ya eres mayor!
- Verbaliza las actividades que SI puede hacer con su hermano y evita las “negaciones” (En vez de “no le toques la cara”, podemos decir “acariciamos suave su mano”).
- Si observas celos, acógele con mucho cariño (¡necesita saber que le sigues queriendo!), exprésale tu orgullo porque él ya es hermano mayor y ¡a seguir con los consejos anteriores!
¡Ah! Si estás a tiempo, aprovecha también para preparar este momento durante el embarazo leyendo juntos alguno de estos cuentos: